Establecida en el año 2007 por Moisés Cosío Espinosa, Fundación M (antes Alumnos 47) se ubica actualmente en la zona del Pedregal, al sur de la Ciudad de México, y tiene como misión apoyar la creación, investigación y difusión del arte contemporáneo en México.
Alumnos 47 fue creada como una biblioteca especializada en Arte Contemporáneo y pronto se transformó en un programa curatorial y editorial que duró más de una década. Como parte de este proyecto, se creó una biblioteca móvil que acercó los títulos del acervo a un público más amplio, difundiendo así el arte y la literatura a través de diversos talleres en zonas del área metropolitana cuya infraestructura cultural es escasa. En paralelo, la fundación apoyó a artistas jóvenes a través de la adquisición de obra y la presentación de exhibiciones de corte experimental en su antigua sede en la colonia San Miguel Chapultepec, una manera de fomentar las exploraciones que no reducen su producción a criterios exclusivamente comerciales. Estos proyectos fueron realizados de la mano de curadores emergentes y de espacios independientes, con lo que se benefició a diversos agentes de la red local del arte contemporáneo.
Hoy en día, Fundación M permanece fiel a su misión original y contribuye de manera permanente a la investigación sobre cultura contemporánea y a la educación, impulsando la carrera de artistas jóvenes mediante la adquisición de piezas y apoyos económicos para proyectos formativos. Así, la colección de Fundación M se ha convertido en un referente del coleccionismo nacional de arte contemporáneo y se ha configurado como una panorámica tan precisa como amplia y confiable de la producción artística reciente en México. A lo largo de estos 15 años, se han reunido más de 700 piezas elaboradas por artistas tanto mexicanos como extranjeros en medios como pintura, gráfica, dibujo, escultura, instalación, fotografía, collage, arte digital, textiles y piezas en video. Se hace patente, de esta manera, el compromiso de Cosío con los artistas de su generación y venideras gracias al cuestionamiento del rol de una colección privada en el ecosistema del mundo del arte.